Son 127 obreros quienes desde las primeras horas de la madrugada se encargan de la recolección de basura.
 
La palabra basura ha significado y para mucha gente aún significa algo despectivo. Los miembros de la cuadrilla de recolección de  basura consideran de esta manera lo útil, que no siempre es lo necesario, se convierte en el objetivo principal de su sacrificada actividad diaria, son gente humilde que limpia la ciudad y recibe el cariño y reconocimiento de la ciudadanía.
 
Madruga para barrer
El caprichoso clima de Loja, no es obstáculo para que ‘Rosario’ empiece su jornada laboral por la madrugada a las 03:00. Su particular alegría se impone cuando con su escoba de ‘retama’ (material de la escoba)  que ella mismo elaboró, realiza su labor de barrido de las calles de la ciudad.
 
Jorge Luis Rosario Balcázar, oriundo del cantón Paltas, llegó a la ciudad de Loja en busca de una oportunidad laboral. “Vivo en Samana, salgo a las 02:30 de la madrugada de mi casa, a esa hora no hay desayuno, nos reunimos en la Azuay y 18 de Noviembre, empezamos a trabajar a las 03:00, siempre llegamos 15 minutos antes para ver a donde nos distribuyen, de ahí barremos hasta las 06:00, desayunamos cuando regresamos a casa” señala.
 
Según hace conocer ‘Rosario’ trabaja a doble jornada, de 03:00 a 6:00 y de 17:00 a 21:00. “Soy casado tengo dos hijos, mi esposa trabaja en quehaceres domésticos, tengo 32 años, la gente conmigo se porta bien, es amable reconoce nuestro trabajo, de repente hay gente que nos brinda una bebida”.  Indica, al tiempo que hace conocer que para desarrollar su actividad el Municipio de Loja lo ha dotado de overol, chaleco, guantes, mascarillas y el “carrito”.
 
Durante 11 años ‘Rosario’ que es como la conocen sus amigos, trabaja como miembro de la cuadrilla de barrido del Municipio de Loja, es bachiller, “me gusta mi trabajo, me da para vivir dignamente, vivo arrendando, tengo un terrenito endeudándome y aspiro tener mi casita”, menciona.
 
Percances  en la recolección
Jimmy Fabián Cuenca Sinche,  tiene contrato indefinido como miembro de la cuadrilla de recolección de residuos sólidos, ha sido designado para trabajar en los vehículos recolectores de basura. Hace poco sufrió un accidente, “recién tuve un corte, una señora había dejado vidrios en un saco y al momento de alzar no me di cuenta que habían vidrios, después vi un corte en mi pierna”, manifiesta.
 
“Trabajo en el recolector, entramos 15:30 y salimos 21:00, dependiendo cuanta basura haya, vivo con mis padres, la gente es amable, sí hace caso cuando le decimos que deben clasificar bien la basura, mucha gente cuando hay vidrios dejan señalando, entonces uno va con precaución”, comenta Jimmy Cuenca, quien dice disfrutar de la música que proyecta el vehículo recolector en las jornadas laborables.
 
La escoba no le impidió estudiar
Un ejemplo de superación es Stalin Tapia Quituisaca, quien se desempeñaba como miembro de la cuadrilla del departamento de higiene del Municipio de Loja, “siempre tuve deseos de estudiar y ese derecho nunca me lo negaron”, puntualiza.
 
“Empecé a trabajar el 1 de marzo de 1998, como jornalero, en barrido y recolección en ese tiempo la ciudad se presentaba más pequeña, menos basura. No era ni bachiller, en el día recolectaba la basura y estudiaba en la noche en el colegio Jaime Roldós Aguilera donde me gradué de bachiller. Después la ciudad creció y se me presentaron varios obstáculos, pero nunca me negaron el derecho a estudiar, así me profesionalice y en 2014 me gradué de abogado”, recuerda Stalin Tapia.
 
Stalin Tapia se desempeña como Inspector en el mercado ‘Gran Colombia’. “En este trabajo a las personas que quieren estudiar nadie les niega la posibilidad, cuando estuve estudiando en la Universidad, tenía que trabajar en la madrugada, asistir a clases y hacer mi prácticas profesionales, ahora estoy buscando los espacios porque me gustaría estudiar una maestría”, precisa.
 
Madres que fabrican sus propias escobas
 
“Soy la cabeza de mi hogar”, expresa María Achupallas de 24 años de edad quien también trabaja en el barrido de la ciudad. “Soy madre de dos niños, mi mamá me cuida los niños mientras trabajo, madrugo a las cuatro de la mañana, dejo haciendo el desayuno, por lo general llevo el almuerzo, ya que vivo lejos y se me dificulta ir a mi casa al medio día”, manifiesta.
 
Digna Morocho, trabaja en el Municipio de Loja desde 2016. “Soy de Gualel tengo un niño de nueve años, cualquier trabajo es bueno, nos llevamos bien con todas las compañeras me siento, muy bien en mi trabajo. “Nosotros mismo fabricamos las escobas, traen la retama arreglamos que esté bonito, las compañeras más antiguas me enseñaron, cada cual hace su propia escoba”, comenta. (EVLL)
 
“La gente conmigo se porta bien, es amable reconoce nuestro trabajo”
Jorge Luis Rosario Balcázar
obrero
 
“Soy la cabeza del hogar, soy madre de dos niños, mi mamá me cuida los niños mientras trabajo”
María Achupallas
trabajadora
 
“Se me presentaron varios obstáculos, pero nunca me negaron el derecho a estudiar, así me profesionalice y en 2014 me gradué de abogado”.
Stalin Tapia Quituisaca
abogado
 
EL DATO
La retama es una especie de  arbusto que los obreros utilizan en Loja para fabricar las escobas.
 
El personal
EL jefe de saneamiento ambiental del Municipio de Loja Israel Lima hace conocer la cuadrilla de recolección en barrido, está conformada por 83 trabajadores de los cuales 25 son mujeres.
 
Además existen 10 vehículos recolectores para la ciudad de Loja, los mismos que cubren 14 rutas, y en donde trabajan 44 obreros, en horarios que comprendidos desde las 03:00 hasta las 21:00.
 
Las funciones
La función del recolector de basura es recoger y verter dentro del camión de aseo todos los materiales almacenados dentro de las bolsas o tachos que normalmente utilizan tanto las empresas como particulares para depositar la basura.
 
La función del barredor es mantener las calles limpias, haciéndoles aseo y vigilar que los implementos necesarios de aseo estén de forma correcta.
 

Fuente: La Hora

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